jueves, 13 de agosto de 2009

::: Espejismos de sociedad :::


Imagino ser niña y ver y vivir la comunicación de masas.
Imagino ser anciana y ver y vivir la comunicación de masas.
Imagino ser “x” y ver y vivir la comunicación de masas.

Imagino.

¿Cuánto nos influyen los medios?

La publicidad, por ejemplo, ha de dirigirse a alguien; un mensaje enviado a un receptor. Bien, ese receptor ha de ser estudiado por los publicistas, ha de conocerlo y, por tanto, de esta manera “crear o reproducir” grupos o individuos con los que sentirse identificado o a los que idealizar para así aumentar las ansias de obtener el producto/servicio ofrecido.

En este proceso, vemos pues como se plantea una aporía: ¿la aparición de estereotipos y arquetipos sociales se crean a partir de las sociedades y los medios los reproducen o son las sociedades las que reproducen los estereotipos y arquetipos creados por los medios?

Parece ser más bien algo mutuo, un espejo en donde no se sabe qué lado es el que refleja y cuál es el reflejado.

Una cosa sí parece cierta: lo que ya existe -->se reproduce, a veces --> se exagera, y otras, simplemente, --> se crea.

¿Hasta dónde influye en la sociedad, en la cultura, en la forma de vida?

Estamos expuestos desde la infancia de manera constante a miles de mensajes persuasivos con grandes mundos simbólicos y emocionales detrás, y no solo por la publicidad, me refiero también al resto de las formas de comunicación de masas (prensa, cine, Internet, las mismas series semanales de televisión por ejemplo…), en el sentido de que incluso lo más objetivo siempre llevará consigo la subjetividad del autor del mensaje.

Con esto, llega un momento, o mejor dicho, llega el momento en el que estamos ahora, donde, desde un punto de vista un tanto exagerado tal vez, pero no por ello menos valido: no sabemos distinguir entre el mundo real y el mundo de los medios. Por ejemplo, utilizando de nuevo la publicidad, vemos como con ella se crean unas necesidades a un público determinado para ser satisfechas con la compra del bien o servicio que propongan, de hecho, la definición según Rossieter y Percy (1997) de publicidad es: “ forma indirecta de persuasión, basada en reclamos informativos o emocionales sobre los beneficios de un producto, diseñados para crear una impresión mental favorable que desplace la mente hacia la compra”.

¿Qué quiero decir con esto? Pues creo que los receptores en muchas ocasiones idealizan lo que nos venden (en el caso de la publicidad) o muestran (en el caso del cine o Internet) los medios con mensajes o historias en donde aparecen personajes estereotipados, reales o no, y de este modo crean o refuerzan un mundo con determinado valores y principios al que quieren llegar, y en donde la meta se convierte en un horizonte “posible-imposible”, valga la paradoja, posible para unos pocos e imposible para muchos, enganchándote a ellos mismos (pues es lo q buscan: vender o tener público según el medio) para continuar en el ciclo del consumo, la competencia y la perfección físico-social, por conceptuarlo de alguna manera. En este sentido, y con referencia al tema a tratar en este blog, vemos como se ha explotado por ejemplo el estereotipo de la mujer objeto en los medios con "el uso atractivo de la sexualidad femenina en la prensa, el culto femenino en las revistas de mujeres, la representación de las mujeres en publicidad, la construcción racial de las mujeres africanas o asiáticas, la violencia sexual en el cine, la afición femenina a la música popular o mediática, el poder masculino sobre la pornografía o la proliferación de chats en Internet con mujeres conectadas".

Evidentemente NO todo el mundo es así, ni todos los medios se dedican a persuadir o crear imágenes ideales en personajes o situaciones, con todo lo que eso conlleva. Existen, y cada vez parece que en mayor cantidad, programas, películas, anuncios, webs, magazines, revistas…que se dedican a concienciar, a INFORMAR sin DEFORMAR, o dar por lo menos otros puntos de vista diferentes a los marcados ya fuertemente por nuestro sistema, por nuestra cultura o forma de vida en donde el uso indiscriminado de estereotipos, el consumo y el exceso se ofrecen de manera habitual, algo con lo que crecemos y pasamos el día a día, normalizándose ciertas ideas e idealizándose otras que se persiguen para así obtener una satisfacción personal semejante a la felicidad. Casi, aunque de una manera tal vez exagerada diría: anulamos tu “yo” para que seas “nosotros” que como ves, somos “requetefelices”.

Esto es, crecer en un sistema “dentro-fuera”, como personalmente y sin mas rodeos lo denomino, en el que se pueden tener diferentes actitudes:

- Dentro-dentro: totalmente involucrado/a*, gira y hace girar por decirlo de alguna manera.
- Dentro-fuera: no tan influido por los medios, pero le gusta estar enterado. A veces espectador, otras protagonista.
- Fuera: le gustaría estar dentro, pero por el motivo que sea (económico, social…) no lo está, es un “marginado social”.
- Fuera-fuera: busca estar fuera, aunque a su vez, debido a la condición humana social, probablemente se agrupará con otros individuos semejantes.

Como he dicho anteriormente, NO TODO ES ASÍ, pero como decía también al principio, es evidente que existen estereotipos, algunos positivos y otros negativos, y los medios, no se si los crean o no, pero desde luego en muchas ocasiones los enfatizan, los agudizan y solo quien tenga capacidad de crítica podrá responder ante ello; si no, simplemente la corriente le llevará, para bien o para mal, junto con demás factores externos fuera a parte de los medios, por supuesto, pero: ahí estarán, día tras día, creando corriente…y yo te pregunto: ¿sabes nadar? ¿Llegarás como lo hace el agua dulce empujado hasta la mar?.


Texto: Leonarda Da vinci

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